COMPETENCIA

Por eso Marcel, cuando propuso su contratación, no tuvo en cuenta que el titular, para el puesto que entonces cubría Aráez, tenía a valores tan señeros como Montero, Irles, Macías y Monreal. Porque con Aráez lo mismo podía contar para la zaga como para el centro del campo. Su debut (Español, 1; Málaga, 1) fue en la posición de volante. Ahí disputó sus nueve primeros partidos con el Málaga en la primera de sus siete temporadas. Luego se afincó como lateral derecho, en relumbrante competencia con Montero e Irles. Su primera temporada (73-74) fue en la que menos se prodigó, en una veintena de encuentros. Todavía no se hizo popular el grito de «¡Aráez, Aráez!» cuando sobre el borde lateral del área rival se producía un lanzamiento libre.
Fue durante media docena de años un espectáculo ver a Aráez ejecutar un lanzamiento. La precisión de su toque cada año dejaba la secuela de su acierto en el casillero malaguista del marcador. En siete años que duró su vinculación al equipo de Martiricos, Nicolás Aráez participó en 243 partidos oficiales y únicamente en la primera y en la última no inscribió su nombre entre los goleadores malacitanos. En el quinquenio en el que se consagró como lanzador de libres directos, puso su firma a una veintena de goles. Con ellos está en la historia del Málaga -en la del fútbol malagueño- por ser el defensa más goleador.
En 1980, con 35 años, y después de que Viberti contara con él en 31 de los 38 encuentros del campeonato, colgó las botas. Lo hizo después de aparecer entre las víctimas de aquel '
affaire' con el Salamanca, cuando la Federación Española le retiró la licencia, como a otros de sus compañeros. Cuando las más altas instancias, un año después, exoneró a todos los malaguistas de tal castigo, ni intentó regresar. No se pudo ir dejando al Málaga en Primera. Pero ahora si se ha ido, quedándose para siempre en Málaga, su casa durante los últimos 36 años.
La paz para Nico Aráez, el defensa más goleador del Málaga, que fue un profesional de alto rango.